El proceso de auditoría interna
El proceso de auditoría interna se basa en la planificación, ejecución, verificación y acción. La creación de un mapa de aseguramiento es fundamental para minimizar la duplicación de esfuerzos y garantizar la cobertura de tareas relacionadas con riesgos y controles en los procesos de una organización. Para ello, es necesario identificar los procesos de la entidad y asignar responsables a cada uno de ellos.
Objetivo principal de la auditoría interna
El objetivo principal de la auditoría interna es optimizar los recursos manteniendo un nivel adecuado de aseguramiento en los procesos organizacionales. El mapa de aseguramiento se presenta como una herramienta clave para lograr este propósito, coordinando actividades con otras funciones y proveedores de aseguramiento interno y externo para asegurar una cobertura adecuada y evitar la duplicación de esfuerzos.
Enfoques para una auditoría interna eficaz
Según el informe «Mapas de aseguramiento: una herramienta aliada en la gestión de los auditores internos» de KPMG Colombia, existen dos enfoques para que la auditoría interna desempeñe eficazmente su función. El primero consiste en seguir el ciclo PHVA (Planificar-Hacer-Verificar-Actuar) para identificar oportunidades de mejora y garantizar la efectividad de los procesos internos. Este ciclo ayuda a los auditores a medir la gestión y el control de los procesos de manera integral.
El segundo enfoque propone la creación de un mapa de aseguramiento basado en las estructuras y responsabilidades establecidas en la gestión de riesgos de las organizaciones. Este mapa busca coordinar la oficina de control interno con los actores internos y externos de aseguramiento, minimizando la duplicación de esfuerzos y cubriendo las tareas relacionadas con riesgos y controles de manera eficiente.
Desarrollo del mapa de aseguramiento
Para desarrollar el mapa de aseguramiento, es necesario seguir una serie de pasos, como determinar los agentes clave de aseguramiento, identificar los factores clave de éxito de la organización y los riesgos asociados, así como definir los responsables de los factores clave de éxito a nivel transversal de la entidad. Este proceso garantiza una gestión integral de riesgos y una supervisión efectiva de los procesos y sistemas de la organización.