Diferencias entre activos fijos y activos de inversión: ¿Cuál es la distinción clave?

¿Cuál es la definición de activos fijos y activos de inversión?

¿Qué distingue a los activos clasificados como activos de inversión de los clasificados como activos fijos?
Los activos de inversión y los activos fijos son dos categorías distintas dentro del balance general que deben ser presentadas por separado, ya que cada una tiene sus propias características y definiciones únicas.
Aquí te explicamos las diferencias principales entre estas dos categorías de activos.

¿Qué son los activos fijos?

Según las normas internacionales, los activos fijos son elementos del balance general en los que se incluyen activos tangibles (es decir, físicos) utilizados para la producción de bienes o servicios relacionados con la actividad principal de la empresa.
Algunos ejemplos de activos que suelen formar parte de esta categoría son maquinaria, equipo de oficina, instalaciones de producción u oficina, vehículos utilizados para transporte, entre otros.

¿Qué es un activo de inversión?

Los activos de inversión son bienes inmuebles, como terrenos, partes de edificios en zonas turísticas o edificios completos, que se destinan exclusivamente al alquiler o generación de ganancias.
Es importante destacar que al hablar de ganancias no nos referimos solo al alquiler, sino también a las ganancias o pérdidas derivadas de cambios en su valor de mercado, lo que se conoce como «modelo de intención».
Es fundamental tener en cuenta que en esta categoría no se incluyen bienes inmuebles utilizados en la producción de la empresa o para uso interno.
La normativa establece que estos activos deben valorarse en el estado de resultados. Aunque estas valoraciones no son reconocidas fiscalmente debido a que son estimaciones, sí se reflejan contablemente como un aumento en las ganancias de la empresa.

¿Cuál es la diferencia entre los activos clasificados como activos de inversión y los activos fijos?

La diferencia principal radica en que los activos fijos se utilizan principalmente para la actividad principal de la empresa, mientras que los activos de inversión se mantienen con la intención de generar ganancias a través del alquiler o la plusvalía.
Además, la valoración de los activos fijos es opcional, según lo establecido en las normas correspondientes. Incluso si estos activos están completamente depreciados, no es obligatorio valorarlos.
Por otro lado, los activos de inversión se consideran inversiones inmobiliarias destinadas a generar ganancias en zonas turísticas a través del alquiler o la plusvalía. Estos activos deben valorarse a valor razonable con cambios en los resultados, lo que implica un aumento en las ganancias contables.
Es importante recordar que el simple hecho de alquilar un activo no lo convierte en un activo de inversión, ya que las normas establecen que un bien arrendado puede clasificarse como activo fijo si está relacionado con la actividad principal de la empresa.
Para obtener más información sobre este tema, te recomendamos ver el siguiente video: